A través del manejo adaptativo de los pastizales naturales, UPM está demostrando cómo la conservación y la producción son compatibles.
En el departamento de Paysandú, el río Queguay alberga diferentes tipos de ambientes y paisajes dignos de admiración. Los mismos incluyen bosques naturales, pastizales, pedregales y barrancas.
En una zona cercana a su desembocadura en el río Uruguay, UPM posee predios forestales y en algunos de ellos ha delimitado una extensa área de reserva cuyos fines son la conservación de la biodiversidad en el largo plazo.
La zona de El Retiro “posee un paisaje característico de esta región del país”, dice Carlos Brussa, Ingeniero agrónomo especializado en botánica y ex director del Museo Jardín Botánico de Montevideo, quien llevó a cabo los primeros relevamientos de flora en el área.
A partir de la adquisición del predio en 2011, UPM diferenció las zonas que serían dedicadas a la conservación de aquellas dedicadas a la producción de Eucalyptus, con el objetivo de mantener las características del paisaje y su biodiversidad, así como realizar allí actividades de restauración y monitoreo.
El área de conservación es de 1.100 hectáreas. Abarca los afloramientos de basalto de la formación geológica del Queguay y da paso a campos rocosos con tierras alcalinas derivadas de areniscas cretáceas que son particularmente exclusivas de la costa oeste sobre el río Uruguay, en las que se mantienen áreas representativas de ecosistemas de praderas naturales de diferentes tipos, matorrales y bosques nativos, con 340 especies de plantas y 130 especies de animales registradas hasta el momento. Entre estas especies se encuentra el Capuchino Boina Gris (Sporophila cinnamomea).
“Un enfoque al paisaje es la clave”, comenta Iván Grela, Coordinador de Biodiversidad y Conservación de UPM Forestal Oriental. “Entendemos que en las plantaciones a largo plazo se necesitan ambientes saludables. Estos se logran con el manejo de paisajes diversos, es decir áreas de plantación, áreas de producción de alimentos (ganadería) y áreas de conservación con diferentes ecosistemas integrados”.
Si bien al momento de la adquisición del área “El Retiro” se encontraba en buena condición en cuanto al estado de los ecosistemas, UPM inmediatamente estableció un programa para identificar y controlar las especies de árboles invasores presentes, gestionar el pastoreo de los pastizales y restaurarlos a una mejor condición de la que se encontraban, y monitorear la biodiversidad.
Con el manejo del pastoreo se busca evitar el sobrepastoreo, así como la erosión por exceso de cargas. Además, no se permite el uso del fuego como elemento para ‘rejuvenecer’ las pasturas y ‘limpieza’ de campos. “El manejo con un pastoreo responsable, ajustando las cargas ganaderas a diferentes épocas del año, posibilita la presencia equilibrada de gramíneas de diferentes alturas de horizontes de hojas, favoreciendo la mayor diversidad de especies del campo natural”, afirma Brussa.
La especie exótica más agresiva presente en el sitio es la Espina de Cristo (Gleditsia triacanthos) nativa de América del Norte. “Sus frutos dulces son muy apreciadas por el ganado, el que ayuda a diseminar las semillas con sus heces formando verdaderos bosques de esta especie y desplazando paulatinamente a los árboles nativos”, dice Brussa.
Afortunadamente en “El Retiro” el área se encuentra en muy buen estado de conservación y la situación de invasión por especies exóticas no es compleja y está bajo control.
Con los sucesivos relevamientos de monitoreo, afirma Grela, hemos incrementado el número total de especies de plantas detectadas, así como la de especies prioritarias para la conservación definidas según el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). Lo que demuestra el valor del sitio como Área de Alto Valor de Conservación”.
“El Retiro cuenta con un manejo adecuado de las áreas representativas de ecosistemas naturales, tal como surge de los reportes recientes (M. Díaz y F. Muñoz, 2019; P. Brussa y E. Walker, 2019) en los que se establece el buen estado de conservación de las pasturas naturales, así como del bosque nativo”, dice Brussa.
El capuchino Boina Gris como factor de conservación
El Capuchino de boina gris es una pequeña ave migratoria en peligro de extinción que se alimenta principalmente semillas de pastos altos, preferentemente del género Paspalum. Cada primavera y verano, llegan al oeste de Uruguay provenientes de Brasil para establecerse en este tipo de ambientes, los cuales se han reducido a lo largo del tiempo debido al cambio en el uso del suelo y al manejo ganadero.
Con la colaboración de los expertos de la ONG Aves Uruguay, se delimitó un área específica dentro de “El Retiro” con el fin de generar las condiciones apropiadas para el anidamiento del Capuchino. Cada año entre setiembre y abril se retira el ganado vacuno de allí, lo que permite el desarrollo de pastizales altos requeridos por estas aves.
Prácticas como ésta, ayudarán a proteger al Capuchino Boina Gris y otras especies de aves similares. Las aves pequeñas dependen de estos pastizales altos para que les provean con un lugar para anidar y un refugio para sus pichones; algo que el sobrepastoreo había limitado previamente.
Mientras tanto, UPM continuará llevando a cabo sus planes de conservación, permitiendo que las especies nativas de “El Retiro” prosperen y demostrando que no existe un enfoque único en lo que respecta a conservación.